¿Qué es un ojo de gallo en el pie?
Los helomas, del prefijo griego helos- (clavo) y el sufijo -oma (tumor), también conocidos como ojos de gallo en el pie o clavos, son lesiones dérmicas benignas que afectan a las capas más superficiales de la piel. Provocan dolor al aplicar presión y se presentan como prominencias de color amarillento debido a la acumulación de diversas capas de queratina.
Estas lesiones suelen aparecer en zonas del pie sometidas a una presión excesiva entre dos superficies duras, como por ejemplo entre una prominencia ósea y otra estructura ósea, o entre una prominencia ósea y el calzado. Al originarse en zonas de gran presión o sobrecarga, los ojos de gallo resultan especialmente dolorosos si no se elimina la causa que los provoca.
¿Dónde se forman los ojos de gallo?
Las localizaciones más comunes son:
- En la planta del pie: Se deben a una sobrecarga y a un mal apoyo plantar, especialmente en la zona metatarsal al entrar en contacto con calzado de suela dura.
- Entre los dedos: Cuando hay desviaciones en la alineación de las articulaciones de los dedos del pie, la mala congruencia articular genera prominencias que, junto con un calzado estrecho, comprimen un dedo contra otro y crean puntos de presión.
- Dorso de los dedos: Aparecen con frecuencia cuando hay una deformidad en forma de dedo en garra o en martillo. Estas desviaciones generan prominencias óseas que rozan con el calzado y provocan molestias.
- Helomas periungueales: Estas lesiones se deben a la presión que ejerce la lámina ungueal sobre el tejido del rodete periungueal. Esta fricción, en un espacio tan reducido, acumula capas de queratina y produce dolor, incluso sin necesidad de aplicar presión directa.
Prevención y tratamiento del ojo de gallo
La prevención y tratamiento del ojo de gallo se basa en eliminar los focos de presión y fricción. ¿Cómo podemos hacerlo?
- Usando calzado con la parte delantera ancha
- Corrigiendo el mal apoyo del pie a nivel plantar
- Utilizando siliconas o separadores interdigitales
- Realizando exploraciones biomecánicas para detectar sobrecargas
- Empleando soportes plantares personalizados
También es fundamental asegurarse de que se trata de un heloma plantar y no de una verruga o de un cuerpo extraño incrustado. Por ello, si detectamos cualquier anomalía en la planta de los pies, es importante acudir a nuestro podólogo de confianza para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.