¿Pueden ser bilingües las personas con trastorno del desarrollo del lenguaje (TDL)?
Entre familias recién llegadas y/o aquellas en las que se utiliza más de una lengua en el ámbito familiar, hay una duda recurrente. Surge al tener que utilizar varios idiomas con niños y niñas con trastorno del desarrollo del lenguaje (TDL).
A estas familias les preocupa que su hijo o hija con TDL lo tenga más difícil si debe aprender dos o más lenguas. La situación de TDL en familias multilingües puede suscitar dudas sobre la necesidad de reducir las interacciones con sus hijos o hijas a una sola lengua (la escolar o la lengua oficial de la zona donde viven). Y en algunos casos, esto puede significar renunciar a las lenguas maternas propias (y a la identidad lingüística del niño o niña con TDL y de su familia), por el hecho de introducir en el hogar un idioma que no les es natural o del cual los propios progenitores no tienen un nivel de competencia elevado.
Es sabido que los niños y niñas con TDL pueden aprender más de una lengua en entornos naturalistas e inmersivos. Además, hacerlo no les comportará más dificultades que las que pueda experimentar un niño con TDL que solo aprende una sola lengua.
Así pues, la recomendación para niños y niñas diagnosticados con TDL que provienen de familias que hablan varias lenguas es hablarles en todas las lenguas que se usan habitualmente en su entorno. De lo contrario, reducir las interacciones con los hijos e hijas con TDL a un solo idioma tiene un efecto adverso. Implica no ofrecerles las herramientas (en este caso, uno o varios idiomas) que les permitan comunicarse con su entorno, su realidad familiar, escolar, social, etc. Tanto es así que limitar sus interacciones a una sola lengua puede suponer la pérdida de conexiones familiares y sociales importantes.
Los niños y niñas con TDL pueden aprender lenguas extranjeras (extraescolares)
En este caso, la respuesta no es ni sí ni no. Dependerá del nivel lingüístico y funcional de cada niño o niña. Si esta lengua no es un idioma del entorno familiar, hay que valorar si es necesario introducirla. Si el niño o niña ya realiza clases de lengua extranjera o se plantea la posibilidad de hacerlas, los padres deben decidir libremente. Teniendo en cuenta que no necesariamente tiene que perjudicarle. Al fin y al cabo, si el niño o niña se lo pasa bien, no hay motivo para que lo deje.
Diversos estudios sugieren que los niños y niñas con TDL aprenden lenguas extranjeras más lentamente que los niños sin TDL. Además, iniciar estas cl
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