La voz es una herramienta imprescindible para la comunicación humana. Según algunos datos, entre un 5% y un 10% de la población de los países desarrollados sufre algún trastorno de la voz, entre ellos la fatiga vocal. Los estudios epidemiológicos y clínicos muestran que la fatiga vocal es uno de los síntomas más frecuentes, especialmente entre los profesionales de la voz. Cantantes, actores, docentes, teleoperadores, administrativos, entre otros, forman parte del colectivo más vulnerable a padecerla.

Además de estos profesionales, muchas personas perciben molestias o cansancio en la voz después de hablar o cantar durante mucho tiempo. El abuso y/o mal uso de la voz son los principales factores que pueden desencadenar la aparición de la fatiga vocal. Pero, ¿cómo saber si tengo fatiga vocal?

 

Síntomas de la fatiga vocal

 

Existen algunos indicadores que nos ayudan a reconocer si una persona sufre fatiga vocal:

  • Se pierde el volumen de la voz al hablar en determinadas situaciones o momentos del día. Esta pérdida de intensidad dificulta la proyección de la voz.
  • El rango vocal en sonidos agudos y graves se reduce. Se tiende a utilizar un habla monótona.
  • Aparecen molestias o incomodidad al utilizar la voz por un aumento del esfuerzo vocal. Puede traducirse en dolor en la parte anterior o lateral del cuello.
  • Necesidad constante de aclarar la voz.
  • Voz ronca, con aire que puede producir inestabilidad y momentos de afonía.

Lo más habitual en la fatiga vocal es percibir estos síntomas a lo largo del día o de la semana y que mejoren durante los periodos de descanso, como los fines de semana o las vacaciones.

 

Consejos para evitar o prevenir la fatiga vocal

 

Para evitar la aparición de la fatiga vocal es importante seguir una serie de recomendaciones y así preservar la salud del órgano fonador:

  • Las horas de descanso son necesarias y deben mantenerse rutinas diarias.
  • Si se utiliza la voz durante muchas horas seguidas, se recomienda mantener espacios de reposo vocal durante la jornada. Limitar el tiempo de fonación es clave para prevenir la fatiga vocal.
  • Se deben evitar acciones como aclarar la voz, la risa exagerada, la tos, etc. Estas pueden generar molestias e irritación en la zona laríngea y faríngea.
  • Mantener un ritmo de habla y un volumen adecuado nos ayudará a controlar las emisiones y prevenir posibles disfonías funcionales. Es importante no hablar mucho cuando el ruido ambiental es elevado, ya que puede provocar un sobreesfuerzo vocal.
  • Hablar con una voz lo más natural posible y evitar el uso de la voz susurrada, ya que genera un mayor esfuerzo vocal.
  • La tensión muscular y el estrés generan rigidez generalizada. Conviene detectar estos estados nerviosos y actuar adecuadamente con la ayuda de profesionales, ya que la voz está directamente relacionada con las emociones.
  • Es aconsejable dedicar unos minutos al calentamiento vocal antes de iniciar su uso profesional. La voz, como cualquier actividad muscular, requiere preparación antes de un uso prolongado e intenso.

Si la fatiga vocal ya ha aparecido, es necesario solicitar una visita con un especialista en voz (logopeda y otorrinolaringólogo) para determinar la causa y ofrecer un tratamiento adecuado.